sábado, 14 de junio de 2014

Extremadura: Pedro Sánchez-Paniagua Hernán







Pedro Sánchez-Paniagua Hernán

Vecino de Puebla de Alcocer. Fusilado por los sublevados en la finca "El Chaparral" el 25 de mayo de 1939.


Su nieto José Sánchez Paniagua repasa la vida de su abuelo en el blog http://jspaniagua.blogspot.com.es/:


"Mi abuelo, Pedro Sánchez-Paniagua Hernán, nace en Puebla de Alcocer "La Aldea Roja", el día 14 de junio del año 1900, hijo de Gaspar Sánchez-Paniagua Alcalde y de Isabel Hernan Lázaro, crece en el seno de una familia humilde y con ideas de izquierdas. Desde muy joven destaca en el pueblo por sus ideales políticos. Se casa con Consuelo Casatejada Millán, domiciliándose la pareja en la calle Pelayo. Fruto de dicho matrimonio nacen dos hijos, Pablo y José Sánchez-Paniagua Casatejada: el primero muere a los 37 años en accidente de trabajo; el segundo tiene hoy 84 años y todavía recuerda cómo su padre fue torturado, encarcelado y asesinado o fusilado por la represión franquista en nuestro municipio, entre ellos "los fusilados", hubo guerrilleros, pero también hombres y mujeres que simplemente les ayudaron. Consecuencia de esta represión han sido cantidad de familias rotas, viudas y huérfanos, exiliados.

Murió fusilado por sus ideas, junto a sus compañeros de aquella lucha sin igual, el 25 de mayo de 1939. Le detuvieron en la calle, cuando volvía a casa después de un día duro de trabajo, con su carro y su yunta de bueyes. Nunca llegó a su domicilio, pues se lo llevaron directamente a la cárcel de Puebla de Alcocer, donde hoy se levanta el Hogar del Pensionista. En la cárcel les mandaban salir a tirar la basura a un olivar que había frente al edificio, la arrojaban a un barranco que había abierto una bomba, y las mujeres aprovechaban entonces para poder verlos. Ellos les decían: "Se oye que nos van a sacar a declarar", y los sacaban, los llevaban a una casa en el número 4 de la actual calle Correos. Estando un día declarando mi abuelo, uno le pegé con la culata del fusil en la boca y le partió los dientes. Mi abuelo tenía una hermana que se llamaba Escolástica y que fue a visitarle a la cárcel unos días antes de ser fusilado. Él le hizo entrega de un reloj de bolsillo diciéndole: "Se lo das a mi hijo José, es para él". Finalmente los trasladaron al Convento de la Visitación.





Les trasladaron atados de dos en dos y allí permanecieron hasta que aquel día, muy temprano, les hicieron subir a un camión (era el segundo grupo que salía: días antes, el 21 de mayo de 1939, se fusiló a 11 personas). En el camión colocaron dos ametralladoras. De camino a las trincheras excavadas en la finca "Los Bodegones", lindando con el chaparral, los asesinos hablaban entre ellos: "A ver quién los va a matar, alguno de vosotros tiene valor para matarlos". Nadie se atrevía, hasta que uno dijo: "No os preocupéis por las dos ametralladoras que hay en el camión, según vayan bajando se les va disparando", y seguían diciendo: "Pero quién les va a matar, a disparar", y dijo otra vez el mismo: "No os preocupéis que tengo yo aquí dos hijos preparados con un par de cojones cada uno". Dos muchachos jóvenes que eran, les pusieron junto a las trincheras en fila, atados de las muñecas en pareja y dispararon matándolos a todos. Sus cuerpos, golpeados y maltratados, fueron arrojados a la trinchera, después de dispararlos algunos quedaron vivos, entre ellos Vicente Muga, que se levantó herido llamando a su padre. Los asesinos, que le vieron cuando se alejaban, se volvieron y les dieron a todos un tiro de gracia. Los asesinos que apretaron los gatillos de las ametralladoras y fusilaron a mi abuelo y a sus compañeros estaban borrachos, se marcharon y los dejaron tirados, sin darles sepultura.


A su regreso, los asesinos se detuvieron en la huerta "Villarejo" para celebrar la matanza (en esa huerta se reunían siempre que querían celebrar algo). Mientras lo celebraban, una mujer en la huerta de hortelana, cada vez que pasaba un ciudadano, salía a la puerta de la huerta y levantándose la falda decía: "A comer y a beber se ha dicho, que en todas las matanzas se come y se bebe y en ésta se va a comer cojonudamente, porque ha sido una matanza muy cojonuda, que ha habido muchas muertes en esta matanza". Todos los ciudadanos que pasaban lo veían y escuchaban, allí estuvieron todo el día celebrando lo que habían hecho y para ello se comieron un borrego.


El día del fusilamiento al anochecer, hubo alguien que fue por las casas del pueblo hablando con las mujeres para que acudiesen de noche al domicilio de los fusilados a contárselo a sus viudas, pero un señorito le dijo: "Si tú haces una cosa como esa en Puebla de Alcocer habrá recuerdos, porque llamaré a una tropa de militares para que presencie lo que quieres hacer, porque si haces eso, se levantará el pueblo".


Al día siguiente elaboraron una lista de vecinos del pueblo y los fueron avisando para que fuesen a las trincheras a dar tierra a los fusilados. Algunos decían: "Pues yo no voy a eso". A lo que les respondían: "Pues tienes que ir porque estás puesto en la lista". Transcurridos cinco o seis días fueron, y cuando llegaron al lugar no pudieron darles sepultura, se mareaban, vomitaban, debido al olor tan fuerte que allí se respiraba y a la masacre que allí vieron.


A los diez o doce días, mi abuela Consuelo y otras cinco o seis mujeres salieron de sus casas a las tres de la tarde fingiendo que iban a dar un paseo. Unas llevaban cestas en la cabeza, otras en el brazo, donde escondían unos cabonchos. Burlando a los militares que montaban guardia en la Aldea Vieja, consiguieron llegar hasta las trincheras, acompañadas por el hijo de un fusilado que iba con su madre. Esta le dijo: "Aquí está tu padre". La mujer le conoció por el abrigo que llevaba puesto el día que le fusilaron. Mi abuela Consuelo también conoció a mi abuelo Pedro por el cinturón y el chaleco. Emplearon la misma tierra que sacaron en su día para cavar las trincheras, los taparon lo justo para que los animales no pudieran seguir devorándolos, tenían miedo a ser vistas en el lugar de los hechos.


"Bodegones" en aquella época era una sola finca, pero con el paso de los años la propiedad fue dividiéndose y vecinos de Puebla de Alcocer fueron comprando parcelas. Las trincheras permanecieron intactas hasta que los dueños de las parcelas donde están las trincheras, para poder sembrar los cereales, las taparon hasta el nivel del terreno circundante, con lo cual hoy día no son visibles.


Mi abuela Consuelo aprendió a vivir en la espera, con su ropa negra mientras vivió y en silencio, poniéndose a servir en casa de un señor día y noche hasta que se jubilo para poder sobrevivir, como también sus dos hijos, José con 9 y Pablo con 7 años, pasando mucha hambre y miseria, hasta el punto de encontrarse en la reguera de la calle una cáscara de naranja casi seca y comérsela. El mayor de ellos, mi padre, después de 73 años por fin conocerá la exhumación de los restos del suyo, mi abuelo, porque yo me hice una promesa a mí mismo, encontrar el cadáver de mi abuelo y enterrarle de nuevo en el cementerio, en una fosa común con sus compañeros, donde debió estar desde el día en que le asesinaron.


Así, después de 68 años de espera, silencio y olvido en Puebla de Alcocer, un buen día del mes de junio de 2007 decidí buscar los restos de mi abuelo y sus compañeros, con la idea de exhumarlos y darles un entierro justo y digno.

EXHUMACIÓN

La trinchera ubicada en la finca de "El Chaparral", se trata de una trinchera de segunda línea de frente con funciones de comunicación. Esta trinchera parte de un nido de ametralladora y discurre con dirección este-oeste de manera zigzagueante y sinuosa a lo largo de 120 m2 hasta desembocar en una ladera. En esta trinchera se hallaron cuatro zonas diferentes donde se localizaron cuatro grupos de cuerpos distintos que se corresponden con cuatro fosas del Franquismo.

En la parte oeste de la trinchera hallamos un estrato formado por un relleno dentro del cual se localizaron restos que están directamente relacionados con las fosas comunes del Franquismo. Este relleno (Zona 1) tenía unas dimensiones aproximadas de 6 m de largo por 1 m de ancho. Una vez delimitado en planta el relleno que conforma el límite de la trinchera y depósito de la fosa común identificamos los restos óseos pertenecientes a varios cuerpos en conexión anatómica. Además, hallamos numerosos objetos asociados a los individuos depositados dentro de la fosa, entre los que destacan, botones, hebillas y otros objetos relacionados con la vestimenta, así como tijeras, cucharas y balas de pistola y fusil.
Al este de la Zona 1 hallamos un segundo depósito formado por un relleno dentro del que se encuentra el segundo grupo de cuerpos en conexión anatómica que forma la segunda fosa común hallada en el interior de esta trinchera (Zona 2). Esta fosa se ubica en una zona sinuosa de la trinchera ocupando un área de unos 10 m de largo. En su interior vemos claramente restos óseos en conexión anatómica que se corresponden con los restos craneales, postcraneales junto con objetos personales de varios individuos.





La trinchera ubicada en el paraje de "Cuesta de la Cabeza", se trata, al igual que en el caso anterior, de una trinchera de segunda línea de frente con funciones de comunicación. Esta trinchera parte de un antiguo camino de tierra y discurre de manera zigzagueante y sinuosa con dirección este-oeste hasta desembocar en una ladera. En esta trinchera se hallaron dos zonas diferentes donde se localizaron dos grupos de cuerpos distintos que se correspondientes con dos fosas del Franquismo.
En la parte este de la trinchera hallamos un estrato formado por un relleno dentro del cual se localizaron restos óseos en conexión anatómica y objetos asociados a estos cuerpos. Se trata del primer grupo de cuerpos enterrados en esta trinchera.
A continuación en el límite final del este de la trinchera localizamos un segundo relleno donde se observan numerosos cuerpos en conexión anatómica junto con los restos materiales asociados a ellos, que forman la segunda fosa común formada por una acumulación de cadáveres enterrados en la trinchera.

A partir de la primera fase de intervención arqueológica llevada a cabo se documentaron las primeras fosas comunes del Franquismo en la localidad de Puebla de Alcocer. Si bien es verdad que la fuerte represión sufrida durante la Guerra Civil y el Franquismo en la localidad está documentada, no se conocían hasta la actualidad los restos materiales asociados y vinculados a las numerosas ejecuciones llevadas a cabo durante ese período. Este gran salto en la investigación acerca de la represión en Puebla de Alcocer se ha realizado en el año 2012 con la localización de varias fosas del Franquismo ubicadas en dos trincheras de la Guerra Civil. En este sentido la excavación de las fosas es la continuación del proceso de investigación.
Durante el proceso de investigación previo a la excavación de las fosas comunes se elaboró el listado de personas ejecutadas durante el franquismo que fueron anotadas en el registro Civil de Puebla de Alcocer. El número de personas inscritas es de 39, a las que habría que sumar una persona más no inscrita en el Registro y que según los testimonio orales se encontraría enterrada en la trinchera de la "Cuesta de la Cabeza". Según las investigaciones realizadas 27 de estas personas estarían enterradas en el paraje de "El Chaparral" y 13 en la "Cuesta de la Cabeza".

Elegimos excavar todos los depósitos hallados en ambas trincheras excepto el último grupo localizado en el final de la trinchera de la "Cuesta de la Cabeza" debido a que los grupos hallados excedían el número de represaliados documentados hasta la fecha. Por lo tanto, el número de personas encontradas es mayor que el número de desaparecidos conocidos hasta le fecha.

La primera trinchera está ubicada en la zona denominada "El Chaparral". Esta trinchera tiene una orientación este-oeste y un perfil sinuoso que discurre a lo largo de 120m. En ella se hallaron cuatro zonas diferentes separadas entre sí por varios metros de distancia que forman cuatro fosas comunes del Franquismo denominadas Zona1, Zona2, Zona3 y Zona 4.
La localización exacta de los cuerpos era conocida por los habitantes de Puebla de Alcocer ya que tras las ejecuciones, los cuerpos quedaron expuestos sin ser cubiertos. Estos cuerpos estuvieron a la intemperie un número desconocido de días, y fueron vistos por varios vecinos de la localidad que afirman que se había producido el acceso de carnívoros a los cadáveres con la consecuente dispersión de algunos restos esqueléticos en el entorno.
Ante esta situación, los familiares directos de las personas ejecutadas fueron los encargados, varios días después, de ir a enterrar los cadáveres, echándoles tierra con las precarias herramientas que tenían a su disposición. Este hecho ha condicionado negativamente la conservación de los restos, ya que algunas partes anatómicas desaparecieron antes del enterramiento de los cadáveres y otras quedaron permanentemente expuestas.
Las fosas se encuentran dentro de la trinchera que está excavada en un nivel de tierra de matriz de pizarra y arcilla de color marrón oscuro con numerosos cantos de cuarcita de mediano y gran formato en su interior, este nivel se corresponde con la sedimentación natural del terreno. Debido a las características geológicas de este sustrato, así como la acidez del sedimento y la humedad variable estacionalmente, el nivel de conservación de los restos es muy deficiente.
En esta trinchera identificamos los restos de 32 individuos en conexión anatómica y diversos objetos asociados a ellos. Todos los cuerpos están colocados siguiendo el eje mayor de la fosa con la cabeza tanto hacia el este como el oeste, excepto un individuo que se encontraba en posición transversal. Los objetos recuperados se pueden englobar en tres grandes grupos: aquellos objetos relacionados con la vestimenta (botones, hebillas, suelas, etc.), todas aquellas pertenencias que estos individuos pudieran llevar consigo el día que fueron asesinados (medallas, monedas, mecheros, etc.) y los objetos relacionados con los represores y los fusilamientos (balas, alambres, etc.).
Los cuerpos se hallaron dispuestos de dos en dos en una sola línea o nivel de enterramientos. La mayoría de los individuos documentados en las fosas se encontraban atados de dos en dos por uno de los brazos, en la mayoría de los casos de manera doble a la altura del húmero y la muñeca. Este procedimiento nos muestra un grupo de personas y un pelotón de fusilamiento dispuesto en grupos de dos personas con una movilidad muy reducida.
Según los datos antropológicos de campo la totalidad de las personas halladas en las fosas de la trinchera de "El Chaparral" son hombres de edad adulta. Entendiéndose la definición de adulto en base a criterios de maduración biológica. Todos los cuerpos están adaptados a la morfología de la trinchera generando en ocasiones una posición de las extremidades forzada a las dimensiones de la misma.

La segunda trinchera se localiza en la zona denominada como "Cuesta de la Cabeza". Esta trinchera tiene una orientación este-oeste y un perfil sinuoso que discurre a lo largo de 50 m. En la parte este de la trinchera se localizaron dos zonas diferentes a varios metros de distancia que forman dos fosas comunes del Franquismo denominadas Zona A y Zona B.
La localización exacta de los cuerpos era conocida por los habitantes de Puebla de Alcocer ya que tras las ejecuciones, los cuerpos quedaron expuestos sin ser cubiertos y fueron vistos por varios vecinos de la localidad. Según algunos testimonios, del mismo modo que en la trinchera de "El Chaparral", estos cuerpos fueron cubiertos varios días después por los familiares de las víctimas. Por otra parte, otros testimonio defienden que por el contrario los cuerpos depositados en esta trinchera no fueron cubiertos por lo que quedarían expuestos con la consecuente dispersión y desaparición de algunos restos esqueléticos.
La trinchera está excavada en un nivel de tierra de matriz de pizarra y arcilla de color marrón oscuro con numerosos cantos de cuarcita de mediano y gran formato en su interior, este nivel se corresponde con la sedimentación natural del terreno. Las características geológicas del terreno como la acidez del sedimento y la humedad variable estacionalmente han afectado negativamente a la conservación de los restos, por lo que el nivel de conservación de los restos es muy deficiente.
En esta trinchera identificamos dos zonas con acumulación de cuerpos en conexión anatómica. De estas dos zonas excavamos y exhumamos la Zona A donde hallamos un número mínimo de 10 individuos en conexión anatómica con diversos objetos asociados. En cambio en la Zona B documentamos el depósito pero no procedimos a su excavación y exhumación.

Los objetos recuperados pertenecientes a los contextos del interior de las fosas, se han agrupado en tres bloques: objetos relacionados con la vestimenta, objetos que estas personas llevaban consigo el día que fueron asesinados y objetos relacionados con el proceso de represión. Dentro de los objetos personales, ya sean de vestimenta o no, existe una gran variedad. La existencia de medallas, botones, etc., nos permitirá (tras su estudio) aproximarnos al proceso de identificación. Además, este tipo de datos nos pueden ayudar a relacionar la información obtenida de los testimonios orales y los datos aportados por la excavación arqueológica, aproximándonos desde diferentes perspectivas a reconstruir el proceso de represión y abordar la labor de identificación.

Las pertenencias relacionadas con la vestimenta son las más numerosas en ambas trincheras y en todas las fosas. Entre estos objetos hemos recuperado botones, tejido, enganches, hebillas, cremalleras, corchetes, enganches de calzado, suelas de calzado, etc.

En cuanto a los botones existe una gran diversidad de dimensiones y modelos pudiéndose agrupar en función del material o soporte sobre el que están realizados. Hemos localizado botones metálicos, de nácar y de pasta o “plástico”. Todos los botones documentados se relacionan con vestimenta de tipo civil.

Las hebillas encontradas se relacionan con el uso de cinturón o tirantes y están realizadas en la totalidad de los casos en metales de baja calidad como el hierro y aleaciones derivadas. También hemos encontrado varias cremalleras, relacionadas con la vestimenta.

El calzado muestra también una gran diversidad, siendo especialmente significativa la presencia de botas de cuero y suelas de goma de diversos tipos, por otra parte algunos individuos no conservaban suelas por lo que debían estar realizadas sobre un material perecedero.

Hemos hallado fragmentos de tejido en muy mal estado de conservación. Estos fragmentos están generalmente asociados a metales, que debido a su proximidad y en ocasiones recubrimiento han favorecido su conservación. La interacción del metal con el tejido permite el intercambio de elementos de su composición que favorece de manera localizada la conservación del fragmento textil.





 
En cuanto a los objetos personales existen diferentes categorías debido a su diversidad: objetos de cuidado personal, mecheros, monedas, lápices, etc. 

Clasificamos como objetos de cuidado personal a los peines. Hallamos peines de bolsillo finos con lendrera. Estos peines no solamente cumplen la función de acicalado personal sino que la parte más fina sería usada como lendrera con el objetivo de combatir los piojos.
 
 


Objeto encontrado en la zona 3 de la fosa de "El Chaparral"
 
     En cuanto a objetos personales no existe una gran variabilidad de objetos debido a que estas personas pasaron por la cárcel, por lo que durante esta fase de privación de la libertad se les sustraían todos aquellos objetos personales de valor.
     Destaca la presencia de varias tijeras, una aguja de coser sacos y varios lápices. Las tijeras y la aguja seguramente estén relacionadas con la actividad laboral que estas personas realizaban en vida.
     
 Por otra parte, se han recuperado varias monedas asociadas a un individuo de la Zona 4. Además, se han encontrado un mechero perteneciente a un individuo de la fosa de la Zona 4 y hallamos varias minas de lápiz y lápices en las fosas de ambas trincheras. Es posible que los individuos a los que están asociadas las minas de lápiz supieran escribir o que usaran el lápiz en su trabajo en el caso de que fuera carpintero, albañil, etc.
 
     Documentamos numerosas cucharas realizadas en distintos soportes metálicos asociadas a varios individuos de las fosas de ambas trincheras. Estas cucharas se hallaron siempre localizadas en el tórax o en la pelvis y están asociadas a la alimentación dentro de la cárcel.
 
     En las fosas de la Zona A y Zona 3 de ambas trincheras dos individuos transportaban fichas de juego realizadas en azulejos. Estas fichas se pueden relacionar directamente con la vida cotidiana de un espacio represivo de privación de la libertad.
 

 
Objetos pertenecientes a la zona 1 de la fosa de "El Chaparral"
     Pero tal vez el objeto más excepcional documentado sea una medalla de una competición deportiva elaborada en metal con una aleación de bronce. Esta medalla la trasportaba un individuo de la fosa de la Zona 3 de la trinchera de "El Chaparral", en ella se puede leer "CONCURSO NACIONAL DE PATRULLAS MILITARES 1934", junto con la medalla encontramos un trozo de lápiz muy bien conservado, ambos objetos estaban rodeados de fragmentos de prendas de vestir, posiblemente restos del bolsillo donde estaban alojados, podemos apreciarlo en la siguiente fotografía.

El tercer gran grupo de objetos que hemos identificado es el relacionado con los represores. Este grupo de objetos lo forman aquellos materiales arqueológicos que pertenecieron o fueron usados de algún modo por quienes ejecutaron a las personas allí enterradas. En esta clasificación podemos incluir las balas, casquillos y todos aquellos fragmentos metálicos relacionados con la munición. Las balas seguramente llegaron a los depósitos alojadas en el interior de los cuerpos. En cuanto a los casquillos, pertenecen tanto a munición corta o de pistola como de fusil. Es necesario esperar a su restauración y limpieza para obtener datos acerca del año y fábrica a la que pertenecen. Estos datos, nos indicaran la fábrica de suministro de las que se estaban abastecimiento en ese momento.

La mayoría de las balas se localizan en los cráneos, y están relacionadas directamente con la ejecución o con los tiros de gracia. Además, en algunas ocasiones hallamos también balas alojadas en el tórax y la pelvis. La presencia de munición y restos de munición, así como otros posibles objetos relacionados con el armamento, nos señala que las ejecuciones se realizaron en el propio enclave de las trincheras usando para ello tanto fusiles como pistolas.
Vinculados al proceso de represión y al tratamiento de los represaliados podemos incluir algunos objetos como los alambres usados para la inmovilización, vejación y trasporte de las personas halladas.
 Bala, botón y una peseta, objetos pertenecientes a la zona A fosa de "Cuesta de la Cabeza"
CONCLUSIONES
 A partir de la intervención arqueológica realizada en el año 2012 se han documentado las primeras fosas comunes del Franquismo en la localidad de Puebla de Alcocer. Hasta la actualidad no se conocían los restos materiales asociados y vinculados a las numerosas ejecuciones llevadas a cabo durante ese período por lo que, este hecho supone un gran salto cuantitativo y sobre todo cualitativo en el estudio de la represión durante la Guerra Civil y el Franquismo en la comarca de la Siberia y por extensión a la provincia de Badajoz. 

La intervención arqueológica realizada en Puebla de Alcocer nos ha aportado nuevos e importantes resultados en cuanto al destino de las personas desaparecidas y al conocimiento del proceso de represión llevado a cabo en la zona durante el Franquismo. Por lo que nuestros objetivos principales han sido ampliamente alcanzados con la localización de las fosas comunes y la excavación y exhumación de las mismas. La integración de las distintas variables, nos permite caracterizar diferentes aspectos relacionados con la zona de acumulación de los cadáveres, las características del depósito y sobre el tratamiento que recibieron las personas una vez asesinadas.
Las fosas se localizan en los parajes de "El Chaparral" y "Cuesta de la Cabeza", lo que concuerda con los testimonios orales y la documentación histórica recabada durante el proceso de investigación previo a la excavación. De este modo, hemos contrastado que ambas zonas fueron usadas de manera continua y recurrente para la ocultación de los cadáveres de las personas ejecutadas durante el primer Franquismo.
Hallamos un total de 42 cuerpos enterrados en ambas trincheras, 32 en la trinchera de "El Chaparral" y 10 en "Cuesta de la Cabeza". Además, documentamos la existencia de otra fosa en la "Cuesta de la Cabeza" que será exhumada en próximas intervenciones. En función de los datos obtenidos de la investigación previa a la excavación y exhumación, el número de personas ejecutadas en Puebla de Alcocer según las fuentes del Registro Civil y los testimonios orales era de 40 personas. Tras la exhumación realizada en el año 2012 el número mínimo de individuos exhumados es de 42, en espera de los resultados definitivos aportados por el informe antropológico actualmente en curso. Además, habría que incluir el número indeterminado de personas enterradas en la Zona B de la trinchera de 
 "Cuesta de la Cabeza".
A partir de esta línea de trabajo, con la contrastación de los datos arqueológicos y antropológicos con la documentación histórica esperamos poder obtener en un futuro próximo las conclusiones definitivas así como las identidades de las personas represaliadas enterradas en las fosas de ambas trincheras.
Si observamos el tratamiento de los cuerpos y la acumulación de los mismos una vez asesinados en las fosas, podemos observar que las ejecuciones muestran cierta planificación. En líneas generales los cuerpos presentan un patrón similar en la disposición de los cadáveres. La ordenación de los cuerpos y la posición de sus extremidades dentro de los depósitos responden a la práctica de colocar los cuerpos dentro de las fosas. Las similitudes observadas en la colocación de los individuos están también relacionadas con la forma del continente, adaptándose los cuerpos a la morfología del depósito. De este modo la distribución de los cuerpos se realiza en un solo nivel, en ocasiones con las extremidades superpuestas entre sí.
En todas las fosas los represaliados estaban atados fuertemente por las muñecas y el brazo. Este procedimiento nos muestra un grupo de personas atadas de dos en dos con escasa movilidad.
Por lo tanto, en función de la información obtenida a partir de la excavación arqueológica, actualmente tenemos varias conclusiones y trabajamos nuevas hipótesis para la identificación e interpretación de las fosas de las trincheras de Puebla de Alcocer:
• En primer lugar pensamos, a partir de los datos obtenidos, que las personas enterradas en las diferentes fosas de Puebla de Alcocer son los vecinos detenidos y ejecutados en la localidad en mayo de 1939 tras la ocupación del pueblo una vez finalizada de la Guerra Civil.
• Según las fechas de inscripción en el Registro Civil, las ejecuciones se produjeron los días 21 y 25 de mayo, lo que no concuerda con los datos arqueológicos. Tras la excavación, hallamos un total de 6 fosas comunes distribuidas en ambas trincheras (5 exhumadas y 1 documentada sin exhumar). Las fosas documentadas son de entre 8 y 10 personas, lo que nos muestra 6 sacas diferentes y no dos como podría inferirse de los datos anotados en el Registro Civil. Por lo tanto, como en otras ocasiones contrastamos que las fechas de inscripción del fallecimiento de las personas ejecutadas en el Registro Civil no corresponde ni concuerda con la fecha real de muerte.
• Además, el número de cuerpos hallados es superior al número de personas inscritas en el Registro Civil, lo que nos muestra un victimario mayor del conocido hasta la fecha. Durante la exhumación, se realizó un detallado trabajo de recogida de testimonios de familiares y vecinos de la zona, lo que nos aportó nuevos datos y nombres de personas desaparecidas no anotadas en el Registro Civil.
• Las fosas de las trincheras de Puebla de Alcocer reflejan distintos momentos del desarrollo de las actividades represoras sobre la población cuyos nombres y días de muerte no podemos aún precisar. Aún así, podemos afirmar que en ellas se encuentran las personas ejecutadas durante el mes de mayo de 1939. Además de los vecinos de la localidad, debido al gran número de cuerpos hallados es posible que existan algunas personas procedentes de otras localidades próximas.
• En función de los restos materiales hallados junto a los cuerpos, hemos observado que estas personas provenían de la cárcel por lo que es posible que en esa o esas cárceles se pudieran encontrar vecinos de localidades cercanas, que fueron ejecutados y enterrados en las trincheras de Puebla de Alcocer.
Actualmente desconocemos la identidad y procedencia de todas las personas exhumadas en las fosas comunes de las trincheras de Puebla de Alcocer. No en vano, debido a que el proceso de investigación actualmente se encuentra abierto esperamos poder aportar en breve nuevos datos que nos ayuden a esclarecer sus identidades. A partir de los datos aportados por el estudio arqueológico y el análisis antropológico y paleopatológico de los restos procederemos a cotejar los resultados con los listados de desaparecidos en la zona con el objetivo de aproximarnos a la identificación de las personas enterradas en las fosas de las trincheras de Puebla de Alcocer.

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