domingo, 15 de junio de 2014

Extremadura: Alejandro Sánchez Zanca






Alejandro Sánchez Zanca

Concejal en Plasencia y periodista de profesión. Padre al menos de una hija. Fusilado el 18 de agosto de 1936 por los sublevados.

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/m/noticias/sociedad/memoria-asesinados_475223.html

En memoria de los asesinados
Resucitar a los placentinos y comarcanos asesinados durante la República y la Guerra Civil a través de la memoria de sus seres queridos para dignificar su vida y contar "la verdad" sobre su vida y muerte. Es lo que ha querido hacer Antonio Sánchez-Marín Enciso, maestro jubilado de 73 años que ha dedicado cinco años de su vida a investigar para plasmar su particular homenaje a estas personas.

Lo acaba de presentar en Plasencia porque en la capital del Jerte existe una fosa con más de cien de estos asesinados, una veintena aproximadamente placentinos. La historia de su tío Severiano Núñez García, maestro asesinado en Plasencia, le animó a buscar la verdad de otras historias con nombre y apellidos para devolverlas a la memoria "sin rencor, porque memoria no es sinónimo de rencor".

Sánchez-Marín explica que su tío escribió una carta un día antes de ser asesinado en la que decía "que iba a morir y que era inocente. Por eso, me propuse investigar porque se tiene la idea de que los que murieron algo habrían hecho. Me hice con la sentencia y ponía que le condenaban por ser socialista y porque enseñaba a los niños cosas feas".

Esa injusticia le abrió la puerta a otras, como la del alcalde Julio Durán o el farmacéutico Joaquín Rosado, a través de numerosos archivos como el municipal de Plasencia, el histórico nacional, el del ejército o el diocesano. Especial colaboración encontró en la archivera municipal, Esther Sánchez Calle y en ayudante Isidro Iñigo, como también de la alcaldesa y la concejala de Cultura, Flor Prieto, como destaca el autor del libro.

Pero Sánchez-Marín advierte de que estas historias son "una explicitación de la verdad contada por los personajes" porque el libro recoge testimonios de hijos, hermanos y nietos de fallecidos. De hecho, recuerda las palabras de una hija de padres asesinados afirmó al prestar su colaboración para el libro: "Quiero que esto sea un grito de las víctimas por su injusta y terrible muerte, por la vida que no vivieron y por nosotros, los que nos quedamos a merced de quienes llevan 40 años insultándonos".

Porque el autor recuerda que todos los asesinados lo fueron "por ser republicanos, elementos rojos con ideas disolventes". Por el contrario, defiende que "aquello no fue así sino la consecuencia de un plan de eliminar a los elementos rojos para imponer el terror y con él el miedo, la sumisión para conseguir, en definitiva, el poder".

Por este libro ha recibido apoyos y también críticas porque obliga a mirar al pasado y a descubrir historias reales, injusticias reales. Sánchez-Marín pone un ejemplo: "Alejandro Sánchez Zanca, periodista, desapareció. No se sabe cómo ni cuándo murió ni dónde está enterrado. Su hija no se quiere morir sin saber dónde murió su padre".

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